En 2025 se prohibirá la importación de residuos plásticos de Tailandia e Indonesia: ¿un punto de inflexión o un desafío para la protección del medio ambiente?
En la actual ola mundial de protección del medio ambiente, una noticia de peso es como una piedra gigante arrojada a la superficie de la industria del plástico: en 2025, Tailandia e Indonesia empuñarán la espada de la prohibición y dirán no a los residuos plásticos importados.
Puede parecer un simple ajuste de la política comercial, pero en realidad puede tener implicaciones y efectos de largo alcance.
Tailandia: Decir firmemente “no” a la “basura extranjera”
Tailandia, este apasionante país del sudeste asiático, lleva mucho tiempo plagado de residuos plásticos. En nuestro país se generan unos 2 millones de toneladas de residuos plásticos al año, como manchas difíciles de eliminar, de las que solo el 25% se puede reciclar adecuadamente, mientras que el resto se acumula o contamina el medio ambiente.
Para empeorar las cosas, la basura extranjera sigue llegando en grandes cantidades, con un alto volumen de importación de 372.000 toneladas de residuos plásticos en 2023. Estos desechos plásticos que han cruzado el océano no solo ocupan tierra valiosa, sino que también se descomponen en sustancias nocivas bajo el sol y la lluvia, infiltrándose en el suelo y contaminando las fuentes de agua, poniendo en riesgo la ecología original de la costa y la jungla tailandesa.
Afortunadamente, se produjo un punto de inflexión y el Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente se adelantó y propuso una prohibición. El Congreso reaccionó rápidamente y la aprobó en diciembre, y se publicó en la revista oficial. A partir del 1 de enero de 2025, las fábricas industriales ya no podrán tomar atajos importando residuos plásticos.
Este es un paso firme hacia el futuro verde de Tailandia, con el objetivo de lograr el 100% de reciclaje y reutilización de residuos plásticos para 2027, remodelando el hogar ecológico.
Indonesia: Proteger nuestra patria, cortando la “cadena del plástico”
Indonesia, también situada cerca del ecuador, también sufre por los residuos plásticos. En 2022, la importación de residuos plásticos superó las 194.000 toneladas y, en 2023, casi el 40% de los residuos se encontraban en estado de abandono, de los cuales los residuos plásticos representaban casi el 20%.
Se dispersan libremente en ríos y playas de Indonesia, amenazando la supervivencia de la vida marina, provocando que las tortugas marinas los ingieran, asfixiando los arrecifes de coral y afectando indirectamente la salud de las personas que dependen del mar para su sustento. Desde daños a la pesca hasta un aumento de las enfermedades respiratorias, los desechos plásticos se han convertido en un obstáculo para el desarrollo y la salud.
El Ministro de Medio Ambiente de Indonesia, Hanif, hizo una declaración contundente: ¡no se importarán más residuos plásticos a partir de 2025! Y se debe establecer un sistema de control estricto para colaborar con las fuerzas del orden de todas las partes para garantizar la eficacia de la prohibición. Esto significa que Indonesia está decidida a interceptar la avalancha de residuos plásticos desde su origen y construir una sólida línea de defensa para la ecología local y la calidad de vida de la población.
Ondas globales: Reestructuración industrial y renovación ecológica
Las prohibiciones impuestas por Tailandia y la India no son acciones aisladas, sino que han tenido repercusiones en todo el mundo. En el caso de los países desarrollados, se ha roto la dependencia a largo plazo de la exportación de residuos plásticos para su eliminación, lo que los ha obligado a reexaminar la construcción de sistemas nacionales de reciclaje de plástico, aumentar la inversión en investigación y desarrollo de tecnologías de reciclaje y reducir el uso de plástico en la fuente, por ejemplo, promoviendo envases de materiales biodegradables.
En la industria del reciclaje de plástico, la cadena industrial que originalmente se centraba en las exportaciones necesita experimentar una rápida transformación. Las empresas deben modernizar su tecnología, mejorar sus capacidades nacionales de clasificación y procesamiento de residuos plásticos y producir productos reciclados de alto valor añadido; o bien abrir nuevos mercados y explorar fuentes alternativas legales y respetuosas con el medio ambiente de materias primas en otras regiones del Sudeste Asiático o de África.
Para la gran mayoría de los consumidores, esto también es una señal de alarma que nos impulsa a reducir nuestro consumo diario de productos de plástico desechables, a llevar nuestras propias bolsas de compras cuando salimos y a utilizar vajilla reutilizable, porque cada pequeña acción contribuye a reducir la carga sobre la tierra.